Elliott´s wisdom
Conocí a Valentín hace años cuando recién me separaba de P. Valentín fue mi única excepción a la recgla "que no sea actor". Pero antes de actor, Valentín era un seductor nato. Y vivía solo, guau, en esa época que vivieran solos más que una regla era una utopía! Me cocinaba omelettes a las 6 de la mañana, cogíamos contra la pared, me leía poesía en la cama, tomábamos mucho vino, me tocaba la guitarra y me miraba con sus ojos amarillos que me podrían haber convencido de convertirme a alguna religión ridícula y cambiarme el nombre a "madre tierra" si se le hubiera ocurrido.
El también recién se había separado (otra regla rota!) y aunque repetía cada dos frases que ya había superado a su ex era obvio que no había superado ni la R de Ruptura. Como dos meses después de comenzado el idilio con Valen, empezó la tortura. "Estoy asexuado" me decía. No es que no quiera coger con vos, no quiero coger. Y yo lo aceptaba. Si el estaba mal yo quería estar ahí para ayudarlo (by the way, la próxima vez que vea a mi astróloga le tengo que preguntar de donde me sale esa vocación de enfermera que tengo) aunque fuera una tortura para mí que me tratara mal y que me calentara tanto y me dejara ahí llorando por unos besos.
Resumiendo mucho, todo terminó un día que me citó en el Coffe Store de Santa Fe y Ayacucho y me mostró un libro de pintura enorme y me señalaba una`pintura (abstracta debo aclarar, para mi no eran mas que manchas amorfas) y me decía "entendes? entendés? asi estoy. Mira la pintura, ¿entendés por que no podemos estar juntos?" Y yo entendí, claro que entendí. Entendí que no quería estar más conmigo y no tenía los huevos para decirmelo como un hombre y no como un puto retorcido y con aires de intelectual.
Y también entendí, como le dicen a Miranda en ese mítico capítulo de Sex & the city que "he´s just not that into you". Y me dispuse a no verlo nunca más. Y ni bien yo hice eso el empezó a hacer todo lo posible para verme, para hablarme, escribirme, de todo. Lo más patético es que la razón por la que yo no le respondía no era porque es un pelotudo sino porque me daba miedo que de tan histérico que es me llamara, saliéramos y que cuando estuvieramos en bolas en su cama saliera otra vez con que no quería coger! En fin, hizo las 1000 y una, hasta inventó una obra de teatro que no existía para convocarme y verme en los ensayos y después decirme que teníamos que ir a cenar para "hablar de nuestros probelmas como director y actriz". Yo también tuve las mías, ehhhhh: un día lo llamé a las 4 de la mañana diciéndole que estaba muy drogada (bullshit!!!) y que no podía volver así a mi casa y pasé por su casa y fingí estar muy high y el fingió preocupación y nos besamos y el después fingió culpa.
Bueno, despues de la falsa obra de teatro no caí más. Y el me buscaba en la facultad, entraba a mis clases y se me sentaba al lado, me perseguía por las escaleras, me asaltaba en los pasillos. Y yo pensaba que le quería mandar un cd con la canción "Just somebody that I used to know" (que les adjunto) y cada vez que pensaba eso me respondía que mientras tuviera ganas de mandarle ese cd, él evidentemente no era "solo alguien que solía conocer".
Hoy miro para atrás y me da mucha risa toda la historia, toda la histeria, y que alguna vez me haya dado ganas de dedicarle Elliott a tamaño nabo. La anécdota terminó convertida en una escena de mi obra, con cartelitos en tres idiomas incluidos.
Ora frase llena de sabiduría me parecía "they want you or they don´t" pero a veces es mucho más complicado. A veces nos wantean y los wanteamos. Pero nos hacemos mal. Y la mayoría de las veces: wanteamos al chabón equivocado.
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